La vacunación contra la COVID-19 inició en algunos países del mundo, entre la esperanza, la desinformación y dudas.

En esta esta nota resolvemos algunas preguntas sobre efectos secundarios, consecuencias y funcionamiento, con ayuda de especialistas y de fuentes oficiales, para ello con la ayuda de nuestros colegas verificadores de Agencia Ocote y Mala Espina Check, integrantes de la Red LATAM Chequea, presentamos un listado de preguntas frecuentes que pueden ayudar a comprender cómo funciona la vacuna contra el virus SARS-CoV-2.

Si ya tuve COVID-19, ¿es necesario vacunarme?

La médica infectóloga pediatra, Alicia Chang, de Guatemala afirma que sí es necesario que se vacune a las personas aunque ya hayan generado inmunidad. “Después de que una persona haya enfermado de COVID-19 y haya logrado una recuperación, se estima que la inmunidad que pueda tener esa persona es de un máximo de seis meses. La vacuna apuesta por un año de inmunidad”, dice.

Las vacunas no están contraindicadas para aquellas personas que ya hayan padecido la enfermedad. “Se recomienda que cuando una persona con COVID-19 obtenga su prueba negativa o tenga diez días sin síntomas, ya podría vacunarse”, añade Chang.

¿Qué efectos secundarios puedo tener si me vacuno?

Las vacunas de las farmacéuticas Moderna y Pfizer son las que más se están aplicando en el mundo. Estos laboratorios han informado que los efectos secundarios más comunes tras recibir la vacuna pueden ser dolor e hinchazón en el sitio donde se inyectó, leves mareos, fiebre, dolor muscular y de cabeza.

“Es recomendable que después de recibir la vacuna, la persona permanezca al menos 15 minutos en el laboratorio o clínica donde le apliquen la dosis para poder ser monitoreado”, explica Chang, señalando que esto se hace con cualquier vacuna, no solo contra esta nueva cepa del coronavirus.

Según Chang, tras la primera dosis puede haber dolor de cabeza o malestar del cuerpo que es posible disminuir con acetaminofén. “En la segunda dosis los malestares pueden ser más fuertes: reacciones alérgicas que podrían requerir ayuda médica, aunque la probabilidad es baja”, dice.

¿Después de la primera dosis (para las marcas que requieren dos dosis) aún me puedo contagiar de COVID-19?

Con todas las vacunas, incluso con la más eficaz contra la enfermedad más compleja, hablando no solo de la COVID-19, hay posibilidad de contagio”, señala Chang. Las mayoría de laboratorios cuyas vacunas han sido aprobadas, o están en esta fase, han publicado resultados de eficacia por encima del 90%, lo cual implica que aún puede haber contagio después de una o dos dosis.

Con Pfizer, por ejemplo, con la primera dosis se obtiene entre 70 y 80% de inmunidad, y con la segunda la persona estará protegida en un 95%.

Después de la vacuna, ¿aún tendré que utilizar mascarilla?

La inmunidad de rebaño o inmunidad de población, requiere que al menos el 80% de la población del país esté protegida contra la enfermedad, según asegura Chang. Es por ello que aunque una persona ya esté vacunada, debe seguir portando su mascarilla, teniendo distanciamiento social y un lavado de manos constante. Para evitar ser portador y posible foco de contagio.

Según informó el jefe de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan en una conferencia de prensa, a pesar de que la vacunación contra la COVID-19 ya inició, no se espera que la inmunidad de la población se alcance en 2021, pues la producción de dosis y los procesos de distribución conllevan un tiempo mayor, por lo él también recomienda el uso de mascarilla prolongado.

¿Qué pasa si decido no vacunarme?

Quienes decidan no optar por la vacuna contra la COVID-19 deberán continuar siendo estrictos con sus cuidados personales y aislamiento social, explica la infectóloga pediatra. “Estas personas deben tomar en cuenta que al no vacunarse tienen más probabilidades de contagiarse”, señala.

Si no te vacunas, se afecta a nivel comunitario, pues la inmunidad de rebaño será más lenta. “Quien no se vacuna es un potencial transmisor de la enfermedad. No vacunarse conlleva implicaciones personales y sociales. Es necesario que la gente conozca de las vacunas para que sepan que son seguras”, puntualiza Chang.

Ha circulado información sobre el consumo de dióxido de cloro como alternativa a la vacuna, ¿es en realidad una alternativa?

“Esto es desinformación”, afirma Chang con contundencia. Explica que estas campañas surgen para promover medicina alternativa para que los grupos antivacunas consuman algún otro medicamento.

Ingerir dióxido de cloro no genera inmunidad contra la COVID-19, afirma la infectóloga, quien agrega que contrario a esto sí podría generar daños gastrointestinales severos. Según ha informado la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la ingesta de productos que contengan dióxido de cloro “pueden causar irritación en la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”.

“Esta campaña de desinformación es para timar a quienes no creen en la vacuna”, señala Chang.

¿Aquellas personas que viven con VIH/SIDA corren algún riesgo al vacunarse?

«No, las personas que tienen inmunodepresión, como es por ejemplo el SIDA, el único riesgo que pueden tener es que no monten una respuesta inmune muy potente en comparación a las otras personas. Por lo tanto, no tendrían que sentirse tan seguros una vez que estén vacunados», señaló la doctora Catterina Ferreccio, integrante del Consejo Asesor por Covid-19 en Chile

Y con respecto al contagio por coronavirus ¿Podrían estar en más riesgo que otros grupos de la población?

La también titular de la subdirectora del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), mencionó que de acuerdo a los últimos estudios relacionados con el VIH/SIDA y la COVID-19, es que la enfermedad no es más grave que en las personas sin el síndrome.

«Se ha demostrado que quienes se contagien con coronavirus y tengan VIH no presentan un cuadro más grave como se pensaba antes. Sigue siendo un factor de riesgo por supuesto, pero en este caso es peor ser mayor de edad que ser de edad media para abajo y tener SIDA» afirmó.

¿Qué pasa en el caso de las mujeres embarazadas?

Ferreccio aclaró que en los ensayos clínicos que hacen los laboratorios dada la necesidad de una respuesta clara sobre la protección y seguridad en una persona, se toman en cuenta a grupos relativamente sanos que no tienen ninguna complicación como enfermedades graves, inmunodepresoras, o embarazos. Por lo tanto, nunca se realizan pruebas en personas embarazadas.

«Pero esto no quiere decir que la vacuna esté contraindicada para ellas, solamente no fue evaluada por los laboratorios farmacéuticos y ahora le quedó la tarea a la autoridad pública de observar que salga todo bien en este grupo. Pero sería un error decir que está contraindicado cuando algo simplemente no se ha medido específicamente en embarazadas» aclaró.

Las mujeres lactantes ¿corren riesgo alguno en vacunarse?

Como explicó Ferreccio en el caso anterior, no se han realizado estudios con embarazadas o nodrizas pero eso no significa que tendrán una reacción adversa o no generen una respuesta inmune.

La doctora puntalizó que «no vacunar a las mujeres lactantes definitivamente es una exageración y no tienen ninguna justificación. O sea, una persona que está dando pecho no tiene ningún problema, no le va pasar nada a ella ni a su hijo».

¿Las personas con hipertensión pueden tener complicaciones con la vacuna?

En el caso de las personas con hipertensión su mayor riesgo es el COVID, aclaró Ferreccio.

Explicó que la vacuna no produce ninguna reacción a pacientes hipertensos, «solo si es de aquellas personas que se super estresa podría subirle un poco la presión si le da mucho susto que lo pinchen. Pero solo eso».

 Esta nota fue publicada originalmente por Agencia Ocote y Mala Espina Check

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