Investigación muestra una asociación en la insuficiencia cardiaca desarrollada después de un infarto del miocardio y el desarrollo de cáncer de colon.

Las enfermedades no transmisibles son las causantes de 40 millones de muertes cada año, cifra que representa el 70% de todas las muertes a nivel mundial. En este contexto, 17,7 millones de personas mueren anualmente a consecuencia de enfermedades cardiovasculares, mientras que por el cáncer mueren 8,8 millones.

¿Podrían ambas enfermedades estar relacionadas? Un estudio chileno indica que sí. Se trata de una investigación que revisó varios estudios publicados en la revista Circulation, de la Asociación Americana del Corazón, y fue elaborado por el profesor de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéutidas de la U. de Chile y director del Centro de Estudios Avanzados de Enfermedades Crónicas (Accdis) Sergio Lavandero, junto a los investigadores Richard N. Kitsis y Jaime Riquelme.

Previamente conocíamos que existía un relación entre estas dos enfermedades, puesto que aquellas personas que son tratadas de cáncer con medicamento o radiación experimentan daño al corazón, por lo tanto se ha desarrollado una disciplina que se denomina Cardio-Oncología, para tratar de predecir y ayudar al tratamiento de estos pacientes con cáncer que experimentan problemas cardiacos”, explica Sergio Lavandero.

La publicación coloca una perspectiva distinta que es al revés: cómo la enfermedad cardiaca predispone al desarrollo cáncer. Lavandero explica que tanto el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la  diabetes, la obesidad y enfermedades respiratorias crónicas se han rebautizado hoy se denominan enfermedades crónicas transmisibles culturalmente. “A través de estudios epidemiológicos donde se sigue la historia natural de estas enfermedades, como en nuestro caso en la ciudad de Molina, se ha observados que todas ellas parecen estar interrelacionadas. Aunque las razones finales aún se desconocen, la inflamación crónica de bajo grado parece ser un elemento vinculante”, dice.

El trabajo recientemente publicado en Circulation muestra específicamente una asociación en la insuficiencia cardíaca desarrollada después de un infarto del miocardio y el desarrollo de cáncer de colon.

Las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son los principales asesinos en Chile y el mundo, representando aproximadamente cerca del 60% de muertes totales. Esta publicación muestra que ambos se coluden para hacer su trabajo. “La relevancia es que nos muestra que todas estas enfermedades crónicas socialmente están interrelacionadas y que nuestro principal desafío es la educación de nuestra población y por otra parte investigar en nuestro país si esta colusión se da entre las enfermedades cardiovasculares más importantes (hipertensión arterial, infarto del miocardio), cánceres de tipo digestivos (colon, estómago, vesícula biliar) y obesidad”, explica.

Bidireccionalidad

El trabajo describen cinco moléculas que son capaces de estimular la proliferación de pólipos y el desarrollo tumoral, conformando una propuesta pionera al analizar la bidireccionalidad de estas enfermedades crónicas, mostrando una mirada distinta a la tradicional basada en la relación, es decir, desde enfermedad cardiaca al desarrollo de cáncer.

“Estamos en una nueva fase del conocimiento de estas enfermedades. Existe urgencia y por este motivo es crítico que nuestro país desarrolle la iniciativa  “1000 Genomas- Chile secuencia a Chile” para conocer las bases genéticas para el desarrollo de estos asesinos”, sostiene.

Aún resta por determinar si existen asociaciones con otros tipos de cáncer, indica Lavandero. Precisamente, dice, esa es la tarea que tienen como desafío a responder en el Centro Avanzado en Enfermedades Crónicas de la Universidad de Chile y la Universidad Católica, que es apoyado por el Programa de Áreas Prioritarias para el Financiamiento de Centros de Excelencia (Fondap) de Conicyt.

¿Cuál debería ser el cuidado que un paciente tuvo cáncer debería tener para prevenir enfermedades cardíacas? Lavandero, especifica que existen factores no modificables (genéticos) y modificables (es decir aquellos que dependen de nosotros) para el desarrollo de ambas enfermedades. “En general, los factores modificables para tener una salud cardiovascular óptima son los mismos para prevenir el cáncer, es decir, seguir una dieta saludable (bajo consumo de grasas, azúcar, sal y calorías, cuidar nuestro  peso corporal, no fumar y realizar ejercicio físico”.

Fuente: www.latercera.com