Chile cuenta con indicadores de salud similares a los de países desarrollados y con una de las esperanzas de vida más altas de la región, con un promedio cercano a los 80 años. Un contexto que ha mejorado la calidad de vida entre los chilenos, pero que también ha cambiado las causas que provocan su muerte.

De ser un país con un alto número de fallecimientos infantiles y con una mortalidad general que iba muy de la mano con enfermedades infecciosas, hasta hace unos 50 años, hoy se ha pasado a una sociedad en la que los estilos de vida poco saludables y la contaminación ambiental juegan un rol clave en la cifra de defunciones.

Según el Anuario de Estadísticas Vitales 2016, publicado por el INE -los datos más recientes disponibles-, ese año hubo 104 mil defunciones en el país. De ellas, el 69% se concentró en cuatro grandes grupos de causas: enfermedades del sistema circulatorio (27,1%), tumores malignos (25%), enfermedades del sistema respiratorio (9,5%) y otras causas externas de mortalidad (7,5%).

Sin embargo, estas causas de muerte tienen un comportamiento diferenciado según la edad y el sexo de las personas.

Así, mientras la principal causa de fallecimiento en recién nacidos son las malformaciones congénitas, en la infancia son las patologías como la leucemia y los accidentes de tránsito. Estos accidentes también ocupan el primer lugar en la adolescencia, pero además aparece el suicidio: ambos factores se mantienen en las estadísticas de mortalidad durante las tres décadas siguientes.

Desde la adolescencia hasta la década de los treinta comienzan a destacar los tumores (sobre todo mamarios y gastrointestinales), así como enfermedades del hígado (en especial la cirrosis). Pasados los 50 años se disparan los casos de enfermedades del corazón y cerebrovasculares (ver infografía).

Estilos de vida

Salvo lo que ocurre en la primera infancia, gran parte de las causas de mortalidad se asocian a estilos de vida, advierte la doctora Claudia Bambs, jefa del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la U. Católica. «Esto refleja que la población se está exponiendo a malas condiciones de salud, y de manera precoz. Hay patologías como tumores y enfermedades cardiovasculares que estamos viendo a edades más tempranas».

El 80% de las enfermedades cardiovasculares y más de la mitad de los cánceres son prevenibles con estilos de vida saludables: una nutrición balanceada, actividad física, evitar el tabaco y reducir el consumo de alcohol, por ejemplo. «Tabaco, alcohol y obesidad están asociados a una gran mayoría de los tumores», dice la doctora Bambs, quien además es investigadora del Centro de Estudios Avanzados de Enfermedades Crónicas (Accdis).

Mirar las estadísticas permite entender que el panorama en Chile no es el mejor. A nivel latinoamericano, el país ocupa el primer lugar en consumo de tabaco en población sobre 15 años. Los chilenos tienen el mayor nivel de consumo de alcohol puro per cápita en la región (9,6 litros anuales), que casi triplica el nivel de consumo de alcohol considerado peligroso por la OMS. A ello se suma que alrededor del 60% de la población tiene sobrepeso u obesidad.

Esto, junto al envejecimiento de la población, explica en parte que, «a medida que el control de las enfermedades cardiovasculares es mejor, las muertes por causa oncológica seguirán en aumento en el país», advierte el doctor Mauricio Mahave, jefe de Oncología Médica de la Fundación Arturo López Pérez.

«Pasados los 60 años, la probabilidad de tener cáncer es diez veces mayor que a menor edad. Pero a eso se suman factores ambientales, como el tabaquismo, la contaminación y la obesidad».

Las proyecciones estiman que en el plazo de uno o dos años, el cáncer será el principal verdugo de los chilenos.

De hecho, según las estadísticas, hay regiones en las que ya ocupa el primer lugar. Así ocurre en Tarapacá, Antofagasta, Maule, Biobío y Aysén, en el caso de los hombres, y en Arica y Parinacota, Antofagasta, Los Lagos y Aysén, entre las mujeres.

Las enfermedades del sistema respiratorio son la tercera causa de muerte en 13 de las 15 regiones.

Para la doctora Bambs, es necesario implementar medidas de prevención colectivas, «que abarquen a toda la población, para reducir cánceres y enfermedades crónicas. Se está reaccionando más que previniendo en salud pública», advierte.

«Chile ha tenido un desarrollo económico que no ha ido a la par con un desarrollo de la cultura de prevención. Generar cambios es complejo, pero la ley del tabaco muestra que sí es posible, por ejemplo».

A su juicio se debiera implementar algo similar con el alcohol. «Es el gran común denominador de las muertes en gente joven», precisa. Está detrás de los accidentes de tránsito y asociado a algunos casos de suicidio, por ejemplo (ver recuadro).

Alcohol y obesidad también influyen en un factor que aparece entre las causas de muerte a partir de los 30 años: la cirrosis. «Hay una cirrosis no alcohólica producto de la acumulación de grasa en el hígado. Al igual que con las enfermedades cardiovasculares y los cánceres, hay períodos de latencia que requieren décadas de exposición. El problema es que ahora afectan a personas en plena edad productiva, ya que se exponen desde más jóvenes».

104.026 defunciones se produjeron en 2016 en Chile. Es decir, 285 muertes al día, en promedio. De ellas, 52,6% fueron hombres y 47,3%, muertes de mujeres.

Fuente: www.elmercurio.com