Partiendo de la analogía entre un pendrive y un virus, el pasado viernes Marcelo López Lastra, Ph.D del Laboratorio de Virología Molecular, Centro de Investigaciones Médicas de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica y del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia explicó la relación entre los virus y su hospedero.

Siendo el pendrive un portador de información, los virus también cumplen la misma función, es decir los agentes virales tienen como objetivo transmitir información de un punto a otro y propagarla por todo el cuerpo. Y al igual que estos dispositivos, existen múltiples tipos de virus que varían según su tamaño, pero en general “los virus son extremadamente pequeños, que necesitan anclarse a una célula para poder sobrevivir”, explicó Marcelo. Esto nos lleva hacernos la siguiente interrogante:

¿Cómo es posibles que estos virus tan pequeños sean capaces de causar enfermedades como la que estamos padeciendo actualmente?

A esto, el experto respondió que nuestro cuerpo posee varías vías de ingreso para los distintos agentes virales, por ejemplo: ojos, boca, tacto respiratorio y otros, pero al mismo tiempo también tenemos un sistema inmune que se encarga de protegernos ante estos invasores. Una vez el virus infecta a alguna célula del organismo, este la transforma y la convierte en una maquina productora de virus replicando la información de una célula a otra y luego de un individuo a otro.

Sin embargo, no todos los virus son malos “por ejemplo en el mar existen billones de billones de virus, pero no  todos son susceptibles a los humanos; en el medio acuático, estos agentes virales cumplen funciones positivas que ayudan al ciclo biológico del mar”, y en las plantas ocurre los mismo, por ejemplo los virus permiten su crecimiento en condiciones extremas, explicó el experto.

En esta línea, es importante comprender que todo organismo vivo independientemente de donde venga tiene al menos uno o más virus que lo infectan, esto ocurre en los humanos, animales e insectos, dijo Marcelo.

Durante el seminario el doctor López aprovechó la oportunidad para hacer comparaciones simples, entre el libro “El arte de la Guerra” y los virus, destacando entre otras cosas, que en la antigüedad los guerreros se preparaban para la guerra y aquel que se anticipaba a su enemigo tenía más probabilidades de ganar; ocurre lo mismo en la actualidad con los antivirales y las vacunas, “las vacunas requieren más tiempo para su desarrollo, entonces debemos anticiparnos y probar antivirales ya existentes para ver si alguno de ellos funciona”, comentó el virólogo.

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