Con el propósito de generar espacios de encuentros con la comunidad y servir como fuente de información científica ante la actual crisis sanitaria por el COVID-19, el Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS) realiza todos los viernes desde las 17:00 horas su ciclo de seminarios en línea, los cuales son transmitidos por su página de Facebook (@accdis).

En esta oportunidad, el seminario estuvo a cargo de Eduardo A. Undurraga, Ingeniero Civil de la Pontificia Universidad Católica de Chile, PhD Políticas Sociales e investigador Asociado del Núcleo Milenio para el Estudio del Curso de Vida y la Vulnerabilidad (MLIV) y del Núcleo Milenio para la Investigación Colaborativa en Resistencia Antimicrobiana (MICROB-R), quien se dedica en su línea de investigación a integrar métodos cuantitativos para comprender los factores locales, nacionales y globales que afectan la salud y el bienestar de la población, particularmente relacionados con enfermedades infecciosas.

Durante el seminario el ingeniero informó, que según el reporte generado por el Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas, hasta el viernes 8 de mayo, se estimaban casi 4 millones de casos COVID-19 en el mundo y aproximadamente 270.000 muertes confirmadas, “estamos frente una epidemia bastante severa” comentó Eduardo Undurraga.

En esta línea, el doctor hace referencia al aumento de enfermedades nuevas y cantidad de epidemias que se han desarrollado en las últimas décadas en el mundo, señalando tres razones que la literatura ha destacado como factores principales: la globalización y el tráfico aéreo,  alteración de hábitos y cambio climático y la urbanización es decir, “ciudades más densas, con mayor presión en el medio ambiente y enfermedades que pasan de ciclos animal a los humanos”, comentó el científico, quien también señaló que los lugares de mayor riesgo, son precisamente aquellos donde los sistemas de vigilancia de los virus son precarios, donde hay menos capacidad de respuesta efectiva, pocos laboratorio y menos investigación.

Por otro lado, informó que este virus no es nuevo, en el año 2005 un estudio llamado, Síndrome respiratorio agudo severo, virus similar al coronavirus en murciélagos de herradura chinos y luego en el 2007 otra investigación denominada Coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo como agente de infección emergente y reemergente ya hacían advertencia del consumo de los murciélagos “principales sospechosos del COVID-19” indicó el investigador.

Con respecto a los modelos de simulación, el ingeniero explicó “el SIR es la base de los mecanismos que han ido surgiendo en esta epidemia” calificando a población en susceptibles, infectados, recuperados y/o removibles.

Pero, ¿para qué sirven los modelos matemáticos en la pandemia? 

En esta línea el ingeniero explicó que, gracias a las simulaciones realizadas los entes gubernamentales de cada país tuvieron la oportunidad de aplicar medidas sanitarias antes que llegará el peck o fuera imposible controlar, ejemplificando: en enero China reportaba 60 casos positivos de COVID-19, pero según las estimaciones de Imperial Collage London, realmente había 1700 casos. En el mismo mes, tomando como base los casos positivos en China y los vuelos internacionales, se estimó el riesgo de contagio para el mundo destacando la posibilidad de una pandemia. El 2 de marzo, otro grupo de expertos informó que el virus no solo podía contagiarse por personas sintomáticas, sino que probablemente hay transmisión con personas asintomáticas, entre otros modelos.

Para finalizar, Eduardo Undurraga explicó que actualmente en Chile diversas instituciones trabajan en modelos matemáticos, “desde mi área nos encontramos calculando el número efectivo de reproducción del virus, también la relación entre el número de test positivo y el número de casos, así como en un mecanismo que simula los diferentes escenarios (SIR) en los hospitales y fuera de ellos”, explicó Eduardo.

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