Desde el primer brote de COVID-19 en China a finales del año 2019 quedó establecido que los adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas pertenecen al grupo con mayor riesgo de mortalidad a causa de la enfermedad desencadenada por el contagio del virus. Personas con patologías crónicas como hipertensión arterial, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad renal crónica y diabetes, deben extremar sus cuidados ya que las complicaciones asociadas a la enfermedad COVID-19 pueden ser fatales.

Entre las enfermedades crónicas con mayor prevalencia en pacientes con COVID-19 se encuentra la hipertensión arterial (aproximadamente un 17% [Yang J y cols., 2020]), una condición que afecta al 27,3% de la población chilena (Guía GES 2018). En nuestro país, cerca de un 90% de la población consume al menos un medicamento de manera regular, y casi un 40% toma 5 o más al día según la Encuesta Nacional de Salud 2016/2017, entre ellos se contabilizan los medicamentos para controlar la hipertensión.

Con respecto a la población de pacientes hipertensos, dentro de este grupo de riesgo ha surgido la preocupación en cuanto a continuar o no con los fármacos antihipertensivos, ya que estudios científicos indicaron tempranamente que estos medicamentos eran perjudiciales en pacientes afectados por el nuevo coronavirus, incrementando la susceptibilidad de contagio y agravando la enfermedad.

La razón es que el virus desencadena su infección respiratoria al anclarse a una proteína en la superficie de los alvéolos pulmonares [Ralph R y cols., 2020], la cual es la misma proteína que es modificada por los fármacos que se recetan para hipertensión. Esta molécula proteica corresponde a la “enzima convertidora de angiotensina-2” (ECA-2) y permite la entrada del virus al organismo.

Frente a la controversia, un grupo de investigadores de España, Italia y Estados Unidos llevaron a cabo una revisión de más de 60 estudios científicos publicados, concluyendo que no existe evidencia robusta para relacionar el consumo de medicamentos antihipertensivos y un mayor riesgo de infección por coronavirus o de severidad de la enfermedad. El autor principal, Dr. Fabián Sanchis-Gomar, académico de la Universidad de Valencia (España) y de la Universidad de Stanford (EEUU), y sus colegas, destacan que “en corcondancia con las indicaciones actuales, recomendamos a pacientes hipertensos continuar tomando sus medicinas sin interrupción”.

Esta revisión exhaustiva fue publicada por la editorial científica Elsevier en la edición mensual de la revista médica “Mayo Clinic Proceedings” e investigó los efectos sobre COVID-19 de fármacos de la familia de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) como Losartán, Valsartán, Candesartán y Olmesartán, y los de tipo bloqueadores del receptor de angiotensina (BRA) como Enalapril, Lisinopril y Captopril.

Los expertos concluyen que “los fármacos utilizados disminuyen la mortalidad en patologías cardíacas y, con respecto a COVID-19, son una buena opción para pacientes con alto riesgo de desarrollar formas severas de la enfermedad”. La hipótesis de que estos medicamentos proveen un efecto protector en pacientes hipertensos es respaldada por otras investigaciones [South AM y cols., 2020].

El Dr. Jorge E. Jalil, cardiólogo especializado en Medicina Interna de la Pontificia Universidad Católica de Chile, e investigador principal en CENDHY (Centro de nuevos fármacos para hipertensión) concuerda, señalando que “no hay evidencia clínica para sugerir una modificación del tratamiento con estos fármacos en pacientes hipertensos ni en pacientes con insuficiencia cardiaca, que es donde mayoritariamente se utilizan medicamentos como Losartán, Valsartán, Enalapril o Lisinopril, o similares”.

El doctor hace énfasis en que “por el contrario, lo que han demostrado los ensayos clínicos con muchos pacientes y con rigurosidad es que en estos pacientes se previenen complicaciones y se disminuye la mortalidad. Distinto es el caso de un paciente con enfermedad COVID-19 con complicaciones y la presión arterial baja, situación donde hay que suspender todos los fármacos antihipertensivos”.

Como indica el Dr. Jalil, el consenso a nivel internacional entre médicos y la comunidad científica abocados al combate de la pandemia de COVID-19, es claro en cuanto a no abandonar los tratamientos médicos y respetar las medidas de aislamiento social decretadas por las autoridades de salud, particularmente los grupos de riesgo como los pacientes con al menos una enfermedad crónica.

Por otra parte, el Dr. Sergio Lavandero, Director del Centro Avanzado en Enfermedades Crónicas (ACCDiS) comparte lo sostenido por el Dr. Jalil, quien además informó, que según dos reciente investigaciones (COVID-19 con diferente gravedad: un estudio multicéntrico de características clínicas / Los inhibidores del sistema renina-angiotensina mejoran los resultados clínicos de pacientes con hipertensión arterial COVID-19) muestran que los pacientes positivos al virus con sintomatología moderada usan antihipertensivos como Losartán, Valsartán, Candesartán, Olmesartán y Enalapril, Lisinopril y Captopril, siendo escasos pacientes con sintomatología severa. Además, informó que su administración mejora los resultados clínicos de pacientes hipertensos con COVID-19.