El plan es tan ambicioso, que fue comparado con el que llevó al hombre a la Luna. Pero, ¿qué tan cerca está la medicina de hallar la cura para una enfermedad que en un par de años será la principal causa de muerte en Chile?

En mayo pasado, el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden perdió a su hijo de 46 años por un tumor cerebral. Desde entonces, Biden ha hecho de la lucha contra la enfermedad una causa personal.

Por eso no fue casualidad que el presidente Barack Obama le encomendara encabezar la campaña nacional más ambiciosa que EE.UU. haya lanzado contra el cáncer.

En su discurso del Estado de la Unión, Obama anunció una “nueva campaña nacional” para acabar con el cáncer, iniciativa que aumentará los recursos públicos y privados para luchar contra la enfermedad. “Hagamos que EE.UU. sea el país que cura el cáncer de una vez por todas”, desafió Obama en su alocución en el Congreso.

La idea es duplicar el ritmo de los avances. “Hacer en cinco años los avances que haríamos en una década”, dijo Binden.

El esfuerzo fue incluso comparado con los planes de Kennedy para llegar a la Luna. “Este es nuestro lanzamiento a la Luna”, dijo el vicepresidente.

La cruzada es tan noble como ambiciosa, pero ¿materializable?

“No”, dijo secamente el doctor Otis Brawley, director médico de la American Cancer Society, en una entrevista en CNN. El especialista dijo que hay al menos 200 tipos de cáncer. Encontrar una “cura” para arreglar todos es probablemente imposible.

Andrew Quest investigador del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDiS, y académico de la U. de Chile explica que la búsqueda de la cura contra el cáncer suma más de 40 años, pero sin resultados positivos hasta ahora.

En todo caso, Quest destaca que sí ha habido algunos avances y varios cánceres que antes no tenían tratamiento hoy lo tienen y permiten una mayor sobrevida de los pacientes. ¿Por qué no se ha conseguido una cura? Por varias razones dice, pero principalmente porque aunque todos se llaman cáncer, cada tipo es en sí mismo una enfermedad diferente. “Los cánceres tienen cosas en común como el crecimiento y la proliferación anormal de células y la metástasis, pero son todos distintos”, dice.

A eso se suma el hecho de que aun cuando sea el mismo cáncer que ataca por segunda vez a un paciente, el organismo responde de manera distinta al tratamiento. “Son muchas células las que están dentro de un mismo tumor, no son poblaciones homogéneas, tienen características distintas. Entonces, un tratamiento puede eliminar gran parte de las células tumorales, pero no todas”, explica Quest.

El tratamiento más antiguo, que comenzó a suministrarse a fines del siglo XIX, es el quirúrgico: extirpar el tumor. Más tarde se desarrolló la radioterapia, luego la quimioterapia, y la hormonoterapia, que apunta a provocar la muerte de células tumorales a largo plazo creando un entorno hormonal desfavorable.

Una de las nuevas técnicas desarrolladas es la inmunoterapia, que busca “movilizar” las defensas inmunitarias del paciente contra su propia enfermedad. Según algunos investigadores podría transformar el tratamiento de algunas formas de cáncer. Ya hay alentadores resultados en el tratamiento del melanoma avanzado y de ciertos tipos de cáncer de pulmón.

Otra pista promisoria son los tratamientos específicos contra ciertas moléculas que participan en el crecimiento del mal. Se usa en ciertos casos de cáncer de sangre, pero también de mama, pulmón y aparato digestivo.

En estado aún experimental, la terapia genética también suma bonos. Consiste en “inyectar” un gen a una célula, para reemplazar un gen deficiente o para inducir la fabricación de una sustancia destinada a destruir las células cancerosas. Se ha mostrado eficaz en niños que padecen cáncer de sangre. También se está probando contra el cáncer de páncreas.

Pese a los avances, Flavio Salazar, subdirector de Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (Imii) es escéptico. Según él, lograr un mundo sin cáncer es muy difícil y no sólo porque cada cáncer es en realidad una enfermedad distinta, sino porque además, las causas por las que se produce la proliferación anormal de las células, son distintas.”Hay factores ambientales, genéticos, del equilibro metabólico del organismo que hacen difícil prevenir la enfermedad. Además, las células tumorales son tan parecidas a las normales que destruirlas sin afectar a las sanas, es también complicado”, señala.

“Conseguir una cura para todos los cánceres es como conseguir una cura para la muerte: es muy poco probable. Lo que sí se puede hacer, es mitigar y encontrar soluciones para casos que antes eran incurables, para que se puedan tratar como enfermedades crónicas”.

TEN Cancer

Resultados esperanzadores

Pese al escpeticismo, ya hay varios cánceres en los que se puede hablar de cura, como el testicular, linfoma y leucemia de Hodgkin, este último que al menos se convirtió en una enfermedad manejable.

La cirugía puede corregir algunos tipos de cáncer de piel y la radioterapia puede curar el cáncer de laringe y el de tiroides. Los avances en la detección han ayudado a detectar cánceres de mama temprano que luego se pueden curar. Incluso algunos tipos de cáncer de ovario y linfomas que no desaparecen por completo pueden ser tratados más como una enfermedad crónica.

Fuente: La Tercera