• Autoridades de salud de EE.UU. catalogaron a esta indicación, presente durante décadas, como “la estafa médica más grande de todos los tiempos”.
  • Científicos norteamericanos introducen a los azúcares como responsables de las patologías coronarias.
  • En el Mes del Corazón, académicos nacionales llaman a tomar con cautela estas nuevas recomendaciones.

El colesterol “no es un nutriente de preocupación” en la aparición de patologías del corazón, señaló recientemente el Departamento de Agricultura de EE.UU. -responsable de elaborar las Guías Alimentarias para los estadounidenses (https://health.gov/dietaryguidelines/2015/)- haciendo un radical giro en la información nutricional conocida hasta ahora. Incluso, el artículo afirma que el principal factor a considerar en materia de prevención cardiovascular es el consumo de azúcares. Al respecto, y en el marco del Mes del Corazón, la Dra. Claudia Bambs, investigadora chilena del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDIS, señaló que esta nueva recomendación debe ser analizada con cuidado por parte de la comunidad científica y la población general.

“Llama la atención este anuncio de investigadores norteamericanos sobre la histórica relación entre el colesterol y las enfermedades cardiovasculares, con este giro de poner el foco en la regulación del azúcar. No deja de sorprender este efecto de péndulo en que se pretende reemplazar al villano colesterol por un nuevo villano llamado azúcar. Esto no significa que tanto el colesterol y las azúcares sean compuestos que la población pueda consumir masivamente sin ninguna percepción de riesgo, sino más bien, son posturas que toman algunos grupos de investigación en el mundo y que hay que tomarlos con cautela”, explicó la médico internista y académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

No obstante, el  Dr. George V. Mann, director adjunto del estudio de Framingham para la incidencia y la prevalencia de la enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo afirma que, “las grasas saturadas y colesterol en la dieta no son la causa de la enfermedad coronaria. Este mito es el mayor engaño del siglo, tal vez de cualquier siglo”. Sin embargo, científicos nacionales no comparten estas afirmaciones y llaman a la población a seguir con moderación estas indicaciones.

La académica chilena explica que desde el punto de vista de alimentación, las guías americanas históricamente han dejado mucho que desear y las estadísticas de su población demuestran que EEUU no es el mejor modelo a seguir desde el punto de vista nutricional. En contraste, existen otros países que vale la pena considerar, como España con su modelo de alimentación basado en un patrón mediterráneo, y Japón que promueve el consumo de una variedad de alimentos diariamente.

Cifras en Chile

De acuerdo a cifras entregadas por el Ministerio de Salud, en Chile diariamente fallecen 45 personas como consecuencia de accidentes cardiovasculares, cifras que preocupan al director e investigador principal de ACCDiS, Dr. Sergio Lavandero. “Actualmente, un tercio de los chilenos muere como consecuencia de patologías cardiovasculares, por lo que es fundamental provocar un cambio en los hábitos desde el interior de las familias”, explica  elProfesor Titular de la Universidad de Chile. Además, cerca de un 30% de la población presenta características de sobrepeso u obesidad, es decir, son potenciales pacientes de enfermedades cardiovasculares, por lo que es necesario modificar los hábitos de alimentación y actividad física de los chilenos.

La nueva “verdad” del colesterol

La publicación internacional hace referencia a que anteriormente, las guías alimentarias recomendaban que el consumo de colesterol se limitara a no más de 300 miligramos diarios. “No obstante, la evidencia disponible no muestra una relación apreciable entre el consumo de colesterol en la dieta y el colesterol de la sangre, de acuerdo con la American Heart Association (AHA) y el  American College of Cardiology (ACC)”.

Las indicaciones actuales señalan que el metabolismo del organismo funciona con 950 mg de colesterol diariamente, el cual es producido por el hígado. El 15% del total es obtenido mediante la alimentación. En la práctica, significa que la mantequilla y los productos altos en grasas saturadas  serán clasificados desde ahora como “seguros” y han sido oficialmente eliminados de la lista de nutrientes de preocupación.

El documento también hace referencia a que si hay una ingesta menor de grasas a las necesarias, el hígado deberá trabajar más para mantener los niveles adecuados. Sin embargo, si son elevados, éste puede funcionar perfectamente, lo que eliminaría los términos de colesterol “malo” y “bueno”.

Un nuevo villano: los azúcares

“The Washington Post” señala que el Comité Asesor de Guías Alimentarias, al  no advertir a la población contra el consumo de alimentos altos en colesterol se centrará en el azúcar como la principal sustancia de preocupación a nivel poblacional.

La Dra. Bambs, epidemióloga del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la PUC,  explica que pese a que las nuevas recomendaciones americanas tienden a generar confusión, tanto la evidencia científica como el sentido común indican que es mucho más razonable orientar los esfuerzos hacia patrones de alimentación y control de porciones, que a la focalización en un solo nutriente.

Por otra parte, esfuerzos por eliminar o reducir los azúcares en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares  pueden llevar a un aumento en el consumo de edulcorantes no calóricos en la población.

El Dr. Rodrigo Troncoso, investigador de ACCDiS y académico del INTA de la Universidad de Chile, explica que existe una controversia sobre los efectos que pueden ocasionar los edulcorantes no calóricos a largo plazo en el organismo, entre ellos  aumento de peso, síndrome metabólico y aparición de diabetes tipo 2.

El Dr. Troncoso señala que algunos autores han descrito -a través de estudios en modelos celulares y animales- que los edulcorantes, principalmente la sucralosa puede actuar directamente a nivel del páncreas, generando un incremento en la insulina.

Patrones alimenticios

Por otro lado, existen experiencias en países europeos como España que trabajan un concepto completamente distinto, llamados patrones alimentarios. Éstos, más que poner el foco en un nutriente en particular, que durante un tiempo puede ser colesterol, azúcares o cualquier otro, enfocan los programas de mejoría de la alimentación a través de patrones que promueven el consumo de una variedad de alimentos, en porciones adecuadas. Así, la prevención comienza con una dieta equilibrada, basada en la calidad de los alimentos, y combinada con hábitos saludables. Ésta es la manera más eficiente de combatir el sobrepeso y la obesidad, uno de los factores de riesgo cardiovascular más importantes. “Sabemos que la dieta es el peor de los factores de riesgo, por eso vale la pena destacarlo, siendo Chile un país rico en alimentos naturales la industria está procesándolos, eliminando su valor nutricional y modificándolos para mejorar el sabor y otras características, lo que resulta altamente perjudicial para la salud humana y especialmente para el corazón”, señala el Dr. Rodrigo Troncoso.

Para mejorar el acceso de la población a una alimentación saludable y espacios que favorezcan la actividad física, especialmente en los sectores más vulnerables, es necesaria la creación de políticas públicas, según advierte la Dra. Claudia Bambs. “Se requieren políticas de acceso social a la comida, porque hoy es más fácil y más barato consumir alimentos procesados que acceder a productos saludables como frutas, verduras, legumbres o pescado, lo cual es perfectamente posible en Chile considerando que somos un país con un clima y geografía que favorecen la producción local de este tipo de alimentos. Así es que necesitamos cambios estructurales”. (Por: María Mercedes Barraza C. Agencia: Inés Llambías Comunicaciones).